En el primer semestre de 2022 participé con una beca de Open Heroines del curso Datos contra el Feminicidio para mujeres y disidencias de Latinoamérica y el Caribe. El campo de conocimiento de los datos, es todavía, un campo no-popular, no-masificado. Por el contrario, es más bien restrictivo para personas que son estudiosas del tema. Como militante del movimiento social feminista, salgo del curso con la idea de que, como tal, tengo la responsabilidad de promover estrategias para hacer accesible el conocimiento de datos sobre feminicidio, para que podamos intervenir políticamente con perspectiva feminista en la creación y gestión de dichos datos.
El desafío es grande, pero necesario. La producción de datos es un territorio de disputa de la lucha social, donde tenemos que avanzar para lograr una mejor prevención de los feminicidios. Asimismo, los usos, aplicaciones de los datos, y el dominio de ese tipo de conocimiento aporta a un accionar político estratégico de combate y visibilización de los feminicidios.
El orígen del término feminicidio y su reconocimiento internacional
Hasta inicios de los años noventa la terminología empleada para categorizar el asesinato de mujeres era la “violencia doméstica”. El cambio de categoría se conformó en México con el hecho feminicida ocurrido en la frontera con Estados Unidos, cuando “cientos de mujeres, muchas de las cuales trabajaban en la industria maquilladora (planta de ensamblado) en la región (…) comenzaron a aparecer mutiladas, torturadas, y a menudo, abusadas sexualmente en Ciudad Juárez (Chihuahua, México)” (Fumega et al, 2018). A ello, se sumó la consolidación de la tercera ola feminista internacional que acentuó su carácter de movimiento de derechos humanos de mujeres y disidencias. La conformación del término para definir el asesinato de mujeres y disidencias basado en género permitió, por un lado, dar visibilidad a éste hecho como un fenómeno de nuestras sociedades construidas sobre pilares estructurantes del machismo y, por otro, fortalecer el combate a la violencia basada en género.
El reconocimiento internacional del término feminicidio favoreció el desarrollo de informaciones específicas sobre el fenómeno. “Entendemos el feminicidio como las muertes violentas de mujeres por razones de género, en intersección con otras desigualdades (…). Utilizamos la noción de muerte violenta por incluir no solo los asesinatos, sino también otras muertes que resultan de la violencia y la discriminación por razones de género (…). El concepto de feminicidio sitúa a esta forma de violencia como una violación de los derechos humanos de las mujeres, señalando así el rol del Estado, en particular su negligencia e inatención, y a veces complicidad hacia la problemática.” (VAL, 2022).
Caracterización de los feminicidios
La gran cuestión sobre el feminicidio es su caracterización. Los atributos del término varían de país en país. Están los países que utilizan dos términos: femicidio y feminicidio; lo que nos lleva a dimensiones diferentes de la violencia basada en género. También, a nivel social, la aceptación cultural se presenta como una tranca para su aplicación política por parte del Estado. La disputa en torno del término tiene rasgos muchas veces ideológicos: unos grupos de interés van a reconocer a las mujeres-trans, otros van a defender exclusivamente el binarismo. Los avances simbólicos sobre la violencia basada en género se darán según la presión popular, ya que el machismo estructural impide el flujo libre de la conformación de una sociedad con perspectiva feminista.
Producción de datos y militancia feminista
El uso de datos para la elaboración de información para el combate a la violencia machista es uno de los frentes estratégicos necesarios a ocupar con mirada feminista en el siglo XXI. La producción de datos sobre feminicidios exige de una militancia contundente y conocedora de la temática. El sistema contemporáneo es extremadamente complejo para aquellos que buscan comprender las “rutas críticas del corporativismo de la masculinidad” (R.Segatto).
Mientras avanzamos en derechos, las rutas críticas del corporativismo se moldea a nuevas formas de violentar nuestras corporeidades. En cuanto buscamos por la inclusión del feminicidio en la producción de datos de los gobiernos nacionales, la gobernanza de datos cierra perillas evitando la transparencia pública y el acceso a la información a la opinión pública. En muchos países de Latinoamérica la producción de datos sobre feminicidio se encuentra rehén de los medios de comunicación, hecho que transforma la hoja de ruta en un verdadero enmarañado de datos que tenemos que lidiar para tratarlos, estandarizarlos para recién hacerlo público como información contextualizada a una realidad local, regional y mundial.
Organizaciones como ILDA y Open Heroines contribuyen a la transformación de nuestras sociedades al motivar la participación popular en estudios sobre datos contra feminicidios, generando también un diálogo interseccional entre datos y el fenómeno del feminicidio en nuestros territorios. Por consecuencia del curso, el aprendizaje que adquirí no se limitó a los apuntes personales, sino que pude avanzar las fronteras del yo y compartir el conocimiento con mis compañeras feministas. Al generar un espacio de diálogo pudimos debatir y comprender de manera conjunta los posibles impactos del uso de este conocimiento para combatir la violencia basada en género en Uruguay.
Poniendo el aprendizaje en acción
En reunión organizativa de La Colectiva Durazno (colectivo feminista del cual soy integrante) decidimos, a partir del diálogo de Datos sobre Feminicidios, promover la creación de una red feminista de dateras para tratar sobre el feminicidio en Uruguay. Buscamos formas de financiación para llevar a cabo nuestra propuesta de Red de Dateras, nos articulamos entre diferentes colectividades y militantes territoriales para lograr un primer paso, y con mucho esfuerzo colectivo pudimos lograr la realización de la primera etapa. En los primeros días de setiembre del 2022 brindamos a la militancia feminista de Uruguay un encuentro virtual de acercamiento, capacitación y formación en datos contra los feminicidios con participación de investigadoras, activistas del área de Datos y del periodismo.
El qué hacer con este conocimiento, no es una etapa simple, al contrario, la materialización de ideas es algo muy complejo, lo que exige parsimonia, al mismo tiempo que mucha impronta para accionar políticamente por un camino tan delicado y chocante.
Por acá vamos avanzando en el debate para fortalecer la agrupación frente a un asunto tan novedoso para toda/es nosotra/es, como lo es el mundo de los datos. En un primer momento discutimos, de manera simplificada: ¿Qué son los datos? Estandarización y recolección de datos. ¿Cómo generar información a partir de los datos? En un segundo momento resolvimos impulsar el proyecto de creación de una red feminista y participativa de recolección de datos sobre el feminicidio en Uruguay.
Nuestra expectativa es alcanzar el compromiso militante de diferentes colectividades feministas en el territorio uruguayo para que sean co-autora/es del proyecto, y que durante este y el próximo año podamos lograr un avanzado compromiso de lucha y combate al feminicidio en Uruguay.
Referencias
Fumega, Silvana, Fabrizio Scrollini, y Gabriela Rodríguez. (2018). Nuevos Estándares para la publicación de datos de justicia y violencia de género In: Justicia Abierta: Aportes para una agenda en construcción. pp. 283–293.
Val, H. S.(2022). Situando los datos de feminicidio. Datos Contra Feminicidio. ILDA.
Leticia Marroquim es integrante de la Colectiva Durazno/Uruguay.